30 ag. Los parques nacionales, contra las bicicletas eléctricas
Hace 4 años, el secretario de Interior de Estados Unidos de la administración Trump, David Bernhardt, emitió una orden a finales de agosto, obligando a los parques nacionales a permitir el uso de bicicletas eléctricas en los parques nacionales, con los mismos derechos que los de las bicicletas tradicionales. Cada parque tenía derecho a adaptar la normativa a sus condiciones particulares, y muchos lo hicieron de forma ciertamente restrictiva. Pero la caja de Pandora ya estaba abierta.
Parques nacionales, ya en el período de la administración Biden, cambió ligeramente los términos, dando más opciones a los parques nacionales a no admitir las bicicletas eléctricas al mismo nivel que las de simple tracción humana. Diferentes grupos conservacionistas y defensores de los parques nacionales están presionando para cambiar radicalmente la normativa, y dejar de permitir el uso de las bicicletas eléctricas.
La pregunta es: ¿por qué esa oposición a las bicicletas eléctricas?
Los usuarios de los parques ya tienden a quejarse del exceso de velocidad de los ciclistas, pese a los límites impuestos. Ahora, las bicicletas eléctricas pueden añadir leña a ese conflicto. Todo ello sin olvidar la difícil definición de bicicleta eléctrica (en términos de potencia, que el motor no sirva de nada si el ciclista no pedalea…).
Pero el elemento más importante es la facilidad de uso que ofrecen las bicicletas eléctricas. Pueden generar un incremento de nuevos ciclistas en parques, con capacidad para acceder a zonas más remotas o que hasta ahora quedaban restringidas a personas con buena forma física. Esto podría dañar caminos y rutas (por su uso no previsto) y sobre todo, asustar a la fauna. Como parte de la gestión de los parques y su fauna, se intenta mantener ciertas áreas de los parques sin visitantes, o en números muy bajos. La bicicleta eléctrica podría hacer esta política inviable. Y es preciso recordar que muchos parques nacionales ya están haciendo verdaderos equilibrios para gestionar el medio y la fauna, con los constantes incrementos de visitantes que reciben cada año.
Todo apunta a que, de momento, se restringirá el uso de las bicicletas eléctricas, y se esperará a realizar estudios más profundos sobre el tema. Habrá que ver cómo evoluciona.
Autor: Francesc Nolla